miércoles, 16 de septiembre de 2009

Muere lentamente

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandona un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Muere lentamente quien no comparte sus emosiones, alegrias y tristezas, quien no confia, quien no lo intenta.
Muere lentamente quien no revive recuerdos y sigue emosionandose como si lo estubiera viviendo en ese momento.
Muere lentamente quien no intenta superarse, quien no aprende de las piedras del camino de la vida, quien no ama y deja de amar.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.

Pablo Neruda

Los buenos tiempos


¿Te acordás de aquel tiempo en que las decisiones importantes se tomaban mediante un práctico “Ta Te Ti suerte para mí”? Se podían detener las cosas cuando se complicaban con un simple “pido gancho!” Los errores se arreglaban diciendo simplemente “va de nuevo”.Las discusiones terminaban con un “pan y queso”, o con un “biennnnnnnn!”. El peor castigo y condena era que te hicieran escribir cien veces “no debo”. Tener mucho dinero, sólo significaba poder comprar mas provincias jugando al “Estanciero”, o comprarte un helado, o un paquete de palitos salados en el recreo. Llenar un frasco con hormigas podía mantenernos felizmente ocupados durante toda una tarde. Siempre había una forma de salvar a todos los amigos, y bastaba con un grito de “piedra libre para todos los compañeros”. No era raro que tuvieras dos o tres “mejores amigos”.“Es muy viejo…” y así te referías a cualquiera que tuviera mas de veinte años.Siempre descubrías tus nuevas capacidades y habilidades a causa de un “¿a que no te animás?”…No había nada que fuera mas lindo y prohibido que jugar con fuego, a pesar de que algún mayor te amenazara con que “el que juega con fuego a la noche se hace pis”.“El último es cola de perro” era el grito que te hacía correr como un desaforado, hasta que sentías que el corazón te salía del cuerpo.El Poliladron era sólo un juego para los recreos, y era mucho más divertido ser ladrón que policía.Las bombitas de agua eran la más moderna, eficiente y poderosa arma que se había inventado.La desilusión era haber sido elegido último para el equipo de tu escuela.Venenosa se refería solo a un tipo de “mancha”, y no a ciertas alimañas o algunas personas.Para viajar desde la tierra al cielo, sólo tenías que jugar “rayuela”.La red de una cancha de tenis tenía la altura perfecta para jugar un partido de voley y las reglas… no importaban demasiado.“Verdad / Consecuencia”….si eras nena siempre elegías el color amarillo, ya que sólo te preguntaban si era verdad que te gustaba…….en cambio si eras varón, siempre e indefectiblemente elegías el color rojo… y ahí nomás pedías un beso… en la boca.Los hermanos mayores eran el peor de los tormentos pero también eran los más celosos, fieles y feroces protectores.Haber llevado un arma a la escuela significaba que te habían atrapado con una onda de rulero.Nunca faltaban los huevos de chocolate y golosinas que traía el conejo de Pascuas, ni el billete nuevo debajo de la almohada que te dejaba “el ratón Pérez”… todo a cambio de tus dientes de leche.Guerra… sólo significaba arrojarse trozos de tiza y bollos de papel durante las horas libres… la guerra era algo que había sucedido antes de que naciéramos y que nunca volvería a suceder.Los helados, por supuesto, constituían el grupo de los alimentos básicos y esenciales. Tu bici se transformaba en una poderosa moto sólo con colocarle un cartón duro, o una chapita o una bombita de agua inflada entre los rayos de la rueda…Si tu bici tenia el asiento banana… bue… eras el capo máximo de la cuadra.Cambiar figuritas en el patio del colegio…. si eras de los más chicos siempre aparecía uno de los grandes y te decía que te daba un toco de figuritas por una tuya… Claro, lo que vos no sabías era que esa que tenías en la mano era la más difícil del álbum.Las situaciones… raras las llamábamos “afilar”, “atracar”, “bailar, cheek to cheek”, “chapar”, “contigo pan y cebolla”, “corto con”, “ir a más alto”, “franelear”, “fulana/señorita”, “fulana gusta de”, “fulano habla con”, “largaste o te largo?”, “me arreglé con”, “pirovar”, “te vino?”, “eso”, “vos te dejás?”.Si ustedes pueden recordar la mayoría de estas cosas entonces significa que realmente han estado vivos…. que han tenido una infancia feliz y que el niño que todos tenemos adentro todavía sigue vivo.Por lo menos yo….. me acuerdo de todo eso.A todos nos viene bien tener siempre en mente esos tiempos en que todo era distinto.Preservemos siempre ese pedacito nuestro en el que todavía somos niños, porque es el que nos hace relacionarnos entre nosotros y con la vida de una forma más pura y más honesta.Ésto se lo dedicamos a … cualquiera de nuestros amigos… que necesita un pequeño descanso en su agitada y estresada vida de adulto…Y que el último grite: “¡¡¡¡PIEDRA LIBRE PARA TODOS LOS COMPAÑEROS!!!!” Así nos salvamos todos.

gaturro! (L)


martes, 15 de septiembre de 2009

¿unos mates?


El mate no es una bebida. Bueno, sí. Es un líquido y entra por la boca. Pero no es una bebida. En este país nadie toma mate porque tenga sed. Es más bien una costumbre, como rascarse. El mate es exactamente lo contrario que la televisión: te hace conversar siestás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo. Cuando llega alguien a tu casa la primera frase es 'hola' y la segunda'¿unos mates?'. Esto pasa en todas las casas. En la de los ricos y en la de los pobres. Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y pasa entre hombres serios o inmaduros. Pasa entre los viejos de un geriátrico y entre los adolescentes mientras estudian o se drogan. Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara. Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar .En verano y en invierno. Es lo único en lo que nos parecemos las víctimas y los verdugos; los buenos y los malos. Cuando tenés un hijo, le empezás a dar mate cuando te pide. Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se sienten grandes. Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate. Se te sale el corazón del cuerpo. Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo amargo, dulce, muy caliente, tereré, con cáscara de naranja, con yuyos, con un chorrito de limón. Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates. La gente pregunta, cuando no hay confianza: '¿Dulce o amargo?'. El otro responde:'Como tomes vos'. Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba. La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas. Siempre. Con inflación, con hambre, con militares, con democracia, con cualquiera de nuestras pestes y maldiciones eternas. Y si un día no hay yerba, un vecino tiene y te da. La yerba no se le niega a nadie. Éste es el único país del mundo en donde la decisión de dejar de ser un chico y empezar a ser un hombre ocurre un día en particular, nada de pantalones largos, circuncisión, universidad o vivir lejos de los padres.
Acá empezamos a ser grandes el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos. No es casualidad. No es porque sí. El día que un chico pone la pava al fuego y toma su primer mate sin que haya nadie en casa, en ese minuto, es que ha descubierto que tiene alma. O está muerto de miedo, o está muerto de amor, o algo: pero no es un día cualquiera. Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo. Pero debe haber sido un día importante para cada uno. Por adentro hay revoluciones. El sencillo mate es nada más y nada menos que una demostración de valores...Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena. La charla, no el mate. Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar, vos hablás mientras el otro toma y es la sinceridad para decir: ¡Basta, cambiá la yerba!'. Es el compañerismo hecho momento. Es la sensibilidad al agua hirviendo. Es el cariño para preguntar, estúpidamente, '¿está caliente, no?'. Es la modestia de quien ceba el mejor mate. Es la generosidad de dar hasta el final. Es la hospitalidad de la invitación. Es la justicia de uno por uno. Es la obligación de decir 'gracias', al menos una vez al día. Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse sin mayores pretensiones que compartir.

UNA DE LAS COSAS MAS HERMOSAS QUE LEI


Yo no quiero que se olvide nada, pero le tengo tan poquita confianza a mi memoria, que te propongo dividirnos los recuerdos: una vez escribí un pequeño poema con marcador negro sobre el vidrio de un cuadro y en una de esas mañanas agitadas de limpienza general le pasaron un trapo y lo borraron. Quise volver a hacerlo, armé un rompecabezas de palabras, pero por más que me esforcé, aquel breve poema fue a dar a una caja gigantesca y lejana, que nadie sabe donde está, custodiada por duendes o mariposas, una caja a la que van a dar todas las cosas queridas que se pierden.
No, no me digas que peguemos fotografías en un álbum: en esa caja hay cientos de millones de álbumes de fotografías.
Tampoco me pidas que lo escriba en un cuaderno. En esa caja hay cientos de millones de cuadernos.
Lo nuestro, lo que vivimos vos y yo en estos años de amor, solamente permanecerá vivo si lo anotamos en el corazón.
La mitad de un recuerdo cada uno, y de vez en cuando juntarnos a armarlos, y hacer vivir de nuevo las horas amarillas de sol, las horas celestes de las tardes movedizas como ríos. Las horas de sal no. La sal hace arder los ojos y los pone a llorar.
Yo me quedo con las rosa, vos quedate con el río.
Y al unirlos, será el nombre de la ciudad en donde nos conocimos : Rosario.
Vos quedate con el beso y yo con el temblor.
Vos con la música y yo con la letra de las canciones que nos gustan.
Vos con los paisajes montañosos que vimos y que te gustan tanto. Tierras color de malva, de guinda, de esmeralda. Arboles descolgándose hacia los precipicios, pueblitos como hechos de cerámica.
Yo me quedo con el mar. El mar es una parte de mi cuerpo. Es lo que dentro de mi batalla y clama, lo que a veces me empuja por la calle, cantando, lo que lava con magia mi fatiga.
Vos quedate con el gesto posado con que me miro en el espejo y te da risa.
Yo me quedo con la acuarela celeste fuerte de tus ojos y con los redondeles de humo que dibujás en el aire cuando fumás.
Vos ordená los cuentos que te hago de mi infancia, los olores del pasto, del jazmín, del chicken pie, la torta de manzana, los escones, el té verde, el maquillaje en polvo, la bolsita con flores de lavanda perfumando las sabanas adentro del ropero con el espejo enorme ... Yo ordenaré los cuentos de tu niñez con espejuelos rotos, rodillas lastimadas, torres de milanesas, obligatoria sopa, un tío llamado Mayo, y un acento español flotando en la casona de la incansable abuela.
Vos quedate conmigo.
Yo me quedaré con vos.
Así, de esta manera, sólo estando juntos podremos ser vos y yo.

Y no me digas que ésto es una trampa para atarte. Porque yo lo sé bien : sí, es una trampa para atarte. Una de esas trampas sin malicia, totalmente permitida en el amor.

poldy-bird

lunes, 14 de septiembre de 2009


Están los que usan siempre la misma ropa.
Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas.
Los que imploran mirando al cielo y los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo, cuando les tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se les acabó el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.
Ellos están convencidos de que la vida misma es un desafío.
Sufren pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio termina…
Pero hay algo que nunca desaparecerá: La satisfacción de haberlo logrado.
Sus cuerpos tienen la misma cantidad de músculos.
Por sus venas corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

sábado, 12 de septiembre de 2009


"Te garantizo que habrá épocas difíciles y te garantizo que en algún momento uno de los dos o los dos querremos dejarlo todo, pero también te garantizo que si no te pido que seas mío me arrepentiré durante el resto de mi vida porque sé en lo más profundo de mi ser que estás hecho para mí".

EN EL PAIS DE MAMA Y PAPA


En el Pais de Papá y Mamá

Entré al consultorio, me quité el piloto, lo colgué en el perchero, miré durante unos segundos cómo se iba mojando la alfombra y avancé hasta el diván.Me senté; no estaba en condiciones de acostarme.Si en esa sesión no miraba a la cara a mi analista, no hubiera sido capaz de emitir una palabra. Sabía que lo que había descubierto podía cambiar el curso de mi terapia. Percibía que por primera vez estaba a punto de descifrar por qué me afectaba tanto no entender la realidad, algo que les pasa también a muchos políticos, sólo que a ellos no les importa.Mirándolo a los ojos, le dije a mi terapeuta: "Mi mamá y mi papá me engañaron todo el tiempo".Y sin dejarlo pestañear fui desarrollando el nudo de mi angustia."...Y no fueron mentiras así nomás.Yo puedo perdonarles que me hayan asegurado que si tomaba la sopa iba a crecer, pero no esas calumnias que afectaron mi vida para siempre."Con la carga adicional de saber que no estaba recordándolas todas, comencé a enumerar las que aún resonaban en mi atormentado cerebro:"Si te pasa algo en la calle, llamá a un policía, él te va a ayudar. Los ladrones le tienen miedo a la Policía.Juez no es cualquiera, primero tiene que demostrar su honestidad y que es el mejor en lo suyo.Para integrar un partido político tenés que tener la misma línea de pensamiento que el resto de tus compañeros.Si querés ganar mucha plata tenés que trabajar muy duro. El que roba va a la cárcel. Los periodistas tienen que ser objetivos y en ningún momento mostrar su ideología, sólo tienen que informar y eso sirve para formar. Si lo dijeron por la tele, es verdad. Al final siempre ganan los buenos. La Argentina es un país rico, vos plantás un palo de escoba y crece una planta, por eso acá nadie se muere de hambre. Acá no trabaja el que no quiere. Este es un país de inmigrantes, el que llega no se quiere ir más. El banco es el lugar más seguro para guardar la plata. El cliente siempre tiene razón. Si sos honesto siempre te va a ir bien en la vida. Mis derechos terminan donde comienzan los de los demás y viceversa. Los políticos son los representantes del pueblo. La escuela pública es la mejor, a las privadas van aquellos a los que no les da la cabeza para estudiar. Un presidente, cuando asume, declara su patrimonio, y cuando termina su mandato no puede tener más que cuando asumió. Después de las elecciones, el candidato que perdió se pone a disposición del que ganó para ayudarlo. Ningún país se puede inmiscuir en asuntos internos de otro. Todos los ciudadanos tienen los mismos derechos y obligaciones. Nos tienen bronca porque somos los mejores. Como se come acá no se come en ningún lado. Los países ricos ayudan a los países pobres. La esclavitud se terminó hace rato y está prohibido que los chicos trabajen.Después de trabajar toda la vida, el premio es que podes jubilarte y vivir sin laburar. "Al llegar a ese punto, me arrepentí de verle la cara a mi terapeuta, él también estaba llorando mientras hacía añicos el retrato familiar que hasta ese día cuidaba como un tesoro.Cuántos crecimos engañados en el país de mamá y papá.


Jorge Guinzburg